¿Para qué sirve el sensor de proximidad de un smartphone?

Los smartphones de hoy en día cuentan con multitud de añadidos que los convierte en dispositivos capaces de llevar a cabo funciones complementarias. El concepto “inteligente” de los teléfonos cada vez tiene más peso gracias a estos extras incorporados, algunos de los cuales juegan un papel fundamental en ciertas actividades cotidianas del día a día.

Uno de los añadidos que más juego da es el sensor de proximidad, en principio únicamente ideado para detectar la cercanía del rostro y bloquear y desbloquear la pantalla durante, por ejemplo, las llamadas para evitar teclear sin querer algunas de las opciones táctiles que hay en pantalla.

Pero, ¿tiene otras funciones el sensor de proximidad de un smartphone? ¿Cuál es su potencial de cara al futuro?

Nuevas aplicaciones para herramientas conocidas

La tecnología no deja de ser sorprendente por la cantidad de nuevas aplicaciones que se le encuentran y los numerosos reúsos que algunas herramientas son capaces de proporcionar. Normalmente, cuando una determinada tecnología o aplicación queda obsoleta, está condenada al destierro y es rápidamente sustituida por una más rápida, eficaz y segura. Sin embargo, los rayos infrarrojos, que parecían desterrados de los teléfonos móviles para siempre con la aparición del Bluetooth, han encontrado nuevas aplicaciones en los teléfonos de última generación.

En realidad, si nos ceñimos a las prestaciones puras y duras que presentan los smartphones de la última década, no podemos afirmar con rotundidad que los infrarrojos hayan desaparecido. En todo caso, fueron momentáneamente relegados a un segundo plano o dejaron de ser el canal predominante para la comunicación inalámbrica entre dispositivos.

A día de hoy, los infrarrojos tienen una enorme utilidad y son empleados para dar forma al avanzado sensor de proximidad que todos llevamos en nuestro smartphone. Este sensor se encarga de reconocer la distancia a la que se encuentra la mano o el rostro de su propietario de la pantalla para mejorar el rendimiento del teléfono durante las llamadas, o para mejorar funciones como el desbloqueo facial. Estos LEDs infrarrojos en la actualidad sustentan algunas de las funciones sin las que los terminales no podrían ser considerados smart, y en su caso es un ejemplo de cómo buscar nuevas aplicaciones a tecnologías que podían parecer obsoletas.

¿Se puede calibrar o desactivar el sensor de proximidad?

A pesar de que los LEDs infrarrojos se encuentran en prácticamente cualquier smartphone de gama media y alta del mercado, algunos usuarios pueden querer dejarlo inactivo de manera temporal debido a una avería pasajera o al mero hecho de que el terminal disponga de una funda que no termina de casar a la perfección con el teléfono.

Una de las razones por las que suele dar problemas el sensor de proximidad es que un elemento externo interrumpe la emisión de los LEDs, lo que inhabilita el terminal para bloquear la pantalla durante las llamadas y puede incluso presentar fallos a la hora de detectar la proximidad de los dedos o los movimientos del dispositivo.

El sensor de proximidad de un smartphone es una herramienta que puede desactivarse e incluso calibrarse, pero son procesos que pueden llevar algo de tiempo y algunos fabricantes incluso bloquean cualquier manipulación en este sentido para que sea únicamente su equipo técnico el que pueda dejarlos inactivos.

Calibración del sensor de proximidad

Empecemos por la calibración: lo primero que hay que hacer es retirar la suciedad incrustada y el polvo del panel de sensores que suele encontrarse en el notch del smartphone, así como cualquier protector de pantalla que pueda obstaculizar la pantalla.

Si el sensor sigue presentando fallos, lo mejor será trastear por las tiendas digitales para descargar aplicaciones específicas de calibración del sensor. Hay disponibles tanto para iOS como para Android, pudiendo encontrarse en la App Store y en Google Play, respectivamente.

También puede serte de ayuda buscar una versión antigua del firmware en caso de que el sensor de proximidad del smartphone falle debido a problemas en la instalación del archivo de actualización, algo que solo el fabricante puede arreglar lanzando una nueva versión.

Desactivar el sensor de proximidad

Muchos usuarios se preguntan para qué alguien querría desactivar el sensor de proximidad de su móvil con todas las aplicaciones útiles que tiene. De hecho, tú te lo habrás cuestionado si has conocido a alguien que lo ha hecho, estamos seguros. Pues bien, resulta que los sensores de proximidad, como muchas otras aplicaciones de los smartphones, tienen otras funciones secundarias que pueden ser menos atractivas para sus propietarios, sobre todo en lo que a la invasión de la privacidad se refiere.

Y es que quien quiere tener un control absoluto de su privacidad en la red suele desactivar el sensor de proximidad nada más cambiar de teléfono, incluso antes de hacer el volcado de datos. Esto es porque esta clase de sensores pueden ser usados por aplicaciones de terceros para obtener información del usuario: sus hábitos de navegación, su comportamiento frente a la pantalla y otros aspectos que pueden pasar a formar parte de la big data.

Claro que, no hace falta ponerse en lo peor para querer desprenderse de una herramienta como esta. Puede haber otros motivos que justifiquen su desactivación. Por ejemplo, a la hora de escuchar un audio de WhatsApp o de enviarlo mientras nos movemos. ¿Cuántas veces se te ha interrumpido un audio por mover el teléfono o por aproximar tu mano sin querer a su pantalla? Todo ello es culpa de estos LEDs, que interpretan que vas a manipular el dispositivo y bloquean la emisión del audio, deteniéndolo provisionalmente o cambiando el altavoz por el que se emite el sonido.

Este molesto hecho tiene su origen en esta función de bloqueo de los dispositivos que integran estos LEDs y para muchos usuarios justifican el querer desactivar su sensor de proximidad: agiliza las conversaciones de audio, permiten manipular el teléfono con mucha más soltura durante los chats de voz. Eso sí: a cambio, algunas funciones del dispositivo quedarán deshabilitadas. De hecho, no se podrán utilizar aplicaciones como el acelerómetro o la brújula, y puede que algunas cámaras frontales también vean reducidas sus prestaciones.

Por qué los smartphones se consideran teléfonos inteligentes

La evolución de la tecnología y la expansión de funcionalidades a través de Internet ha propiciado la aparición de lo que se conoce como “dispositivos smart”. Los pioneros en este campo fueron los teléfonos móviles, pero a día de hoy existe todo un ecosistema de dispositivos considerados inteligentes que van mucho más allá de un smartphone: relojes, pulseras, televisiones, tabletas, ordenadores e incluso complementos del hogar, como armarios, persianas, timbres, puertas o alarmas.

¿Qué se entiende por “inteligente” en un dispositivo?

Cuando hablamos de un dispositivo “smart”, estamos queriendo decir que ese aparato es inteligente. Podemos encontrar el prefijo en toda una serie de objetos de uso cotidiano que antes no lo eran: smart TV, smartwatch, smartphone, smartband… Pero, ¿cuándo un dispositivo puede ser considerado inteligente y cuándo no?

Se considera un dispositivo inteligente a todo aparato electrónico que tiene la capacidad de conectarse a otras redes o dispositivos utilizando tecnologías de emparejamiento de manera autónoma para ofrecer al usuario una experiencia mucho más profunda e interactiva de su entorno. Todo ello, mediante el uso de distintos protocolos como Bluetooth, 5G, Wi-Fi o NFC, cuatro de los más conocidos por su uso diario en un teléfono inteligente que han sido trasladados con éxito a otra serie de dispositivos.

Un smartphone tiene la capacidad de conectarse a Internet mediante el uso de Wi-Fi o datos móviles (las redes 3G, 4G y 5G), además de contar con tecnologías como Bluetooth para emparejar toda una serie de accesorios de manera mucho más sencilla y eficaz que antaño. Auriculares, pulseras y más pueden formar parte del ecosistema gracias al avance que ha experimentado la tecnología de los teléfonos inteligentes actuales.

Uno de los rasgos característicos de los dispositivos smart en general y de un teléfono inteligente en particular es que está diseñado para admitir varios factores de formas distintas al mismo tiempo. Es decir, que sea capaz de procesar varias informaciones en cuestión de segundos usando distintos protocolos. La inteligencia artificial telefónica ha encontrado en este entorno un lugar ideal para evolucionar y encontrar nuevas aplicaciones que han permitido a estos dispositivos ofrecer prestaciones cada vez más avanzadas, como el reconocimiento dactilar o el escaneo facial para bloquear y desbloquear el teléfono inteligente, algo que hace unos años parecía impensable.

Volviendo a los dispositivos de los que hablábamos al principio, la tecnología de un smartphone cuenta con varias funciones que hace que no solo sean considerados inteligentes, sino que actúen en muchos casos como centros de control de todo un ecosistema smart.

En la actualidad, la tecnología de un smartphone centraliza un sinfín de funciones que tienen que ver con smartwatches, smartbands, auriculares y dispositivos de domótica, como robots aspiradores, mirillas inteligentes o cámaras de videovigilancia. Por tanto, gracias al desarrollo y optimización de la tecnología de los teléfonos inteligentes, a día de hoy se pueden utilizar no solo como dispositivos independientes, sino como controladores y coordinadores de nuestros dispositivos interconectados, incluyendo hasta la televisión o nuestra plataforma de música.

Creando ecosistemas inteligentes para simplificar las tareas cotidianas

Casi sin darnos cuenta, hemos pasado de utilizar dispositivos inteligentes de manera independiente a crear toda una red de funcionalidades que ha propiciado la creación de auténticos ecosistemas smart en nuestro día a día. Hace tiempo que la tecnología de los teléfonos inteligentes se encargó de hacer que estos aparatos sirviesen para mucho más que para llamar, pero los avances experimentados en el campo de la inteligencia artificial telefónica han permitido al ser humano ir mucho más allá en su búsqueda de dotar a las máquinas de autonomía con el fin de servir a un propósito útil en el día a día de la humanidad.

La realidad es que, lo que hace apenas unos años era la fantasía de un visionario friki, en la actualidad puede experimentarse como algo normal y factible. Por ejemplo, la tecnología de un smartphone a día de hoy está capacitada para controlar todos los parámetros de una casa inteligente, siendo el centro desde donde se controla todo lo relacionado con la domótica, además del ocio, el entretenimiento, las compras, las transacciones bancarias, las redes sociales y las comunicaciones vía e-mail y chat.

Es de esperar, además, que dentro de unos años las funciones que pueda recoger un teléfono inteligente vayan más encaminadas a reforzar la seguridad. El uso del 5G promete expandir notablemente el abanico de posibilidades de los smartphones y todavía está por ver el potencial que tiene en el día a día de las personas.

En conclusión: ¿qué hace que un teléfono sea considerado “inteligente”?

Dicho en pocas palabras, es su capacidad de coordinarse con otros dispositivos para simplificar el funcionamiento de ciertas actividades a través de protocolos Wi-Fi, 5G, NFC o Bluetooth lo que hace que los smartphones sean considerados como tal.

Los avances que ha experimentado en los últimos años la inteligencia artificial telefónica han propiciado la aparición de nuevas aplicaciones, incrementando el papel protagonista de los teléfonos inteligentes para realizar tareas cotidianas de una manera más cómoda, sencilla y segura.

Con la llegada del 5G y su paulatina expansión, el futuro de los smartphones resulta más prometedor que nunca, ya que se estima que las velocidades de conexión agilicen de manera notable actividades como la apertura de ciertas plataformas, la velocidad de carga en plataformas de streaming y otras actividades como los pagos con tarjeta contactless, las transferencias bancarias o las compras en supermercados o tiendas online.

En el sector servicios, este hecho ha acelerado el proceso de digitalización y muchas empresas están rediseñando sus estrategias comerciales a medio plazo para tener en cuenta el nuevo panorama. Dado que buena parte de los clientes de restaurantes, hoteles y tiendas en general hacen sus compras a través de su smartphone, disponer de una plataforma digital competente es esencial si se quiere optar a ocupar un buen puesto dentro del sector.